Diversidad florstica del patio del museo provincial Ignacio Agramonte Loynaz, Camagey, Cuba

ARTÍCULO ORIGINAL
DIVERSIDAD FLORÍSTICA DEL PATIO DEL MUSEO PROVINCIAL "IGNACIO AGRAMONTE LOYNAZ", CAMAGÜEY, CUBA

FLORISTIC DIVERSITY OF THE COURTYARD OF THE "IGNACIO AGRAMONTE LOYNAZ" PROVINCIAL MUSEUM, CAMAGÜEY, CUBA

Isidro E. Méndez Santos1*, Arlet Flores Alfonseca2.

1Centro de Estudios de Gestión Ambiental, Universidad de Camagüey "Ignacio Agramonte Loynaz", Camagüey, Cuba. https://orcid.org/0000-0002-0437-8057
2Departamento de Proyectos, Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, Camagüey, Cuba. https://orcid.org/0000-0001-8712-461X

*Autor para la correspondencia (correo electrónico ): iemendezs58@gmail.com


RESUMEN

Se muestran los resultados del estudio florístico-fisionómico de un espacio de 2 620 m2, ubicado en un inmueble de la época colonial que ostenta, desde 2016, la condición de Monumento Nacional. Se estudió in situ la flora actual y se revisaron fuentes referidas a etapas anteriores. Las muestras se identificaron por comparación con colecciones científicas y el uso de descripciones y claves. El origen, distribución, presencia en Cuba, estado de conservación y comportamiento ante el impacto antrópico de cada taxón, se tomó de la literatura especializada. Se calculó la similitud con tres áreas relevantes de la jardinería de la ciudad. Se registran 152 especies, en su mayoría exóticas y que en el país solo se encuentran en cultivo por su reconocida utilidad ornamental, o que, aún naturalizadas, se mantienen asociadas a la actividad humana. A pesar de la reciente reducción del número de plantas, incluidos árboles, elementos del césped e individuos relevantes por su impacto visual, sigue siendo en un espacio natural acogedor, estéticamente relevante, con significativo potencial cultural y notable repercusión ambiental por encontrarse ubicado en una zona densamente urbanizada. Asegurar sustratos, riego, reciclaje de materia orgánica, así como el fomento de germinadores y viveros propio para dinamizar el remplazo de especímenes, se identifican como condiciones básicas para recuperar el esplendor que tuvo la flora y vegetación en épocas pasadas. Como sala viva del museo, se recomienda presentarla como muestra representativa de la jardinería de la ciudad y como encarnación del patio que caracteriza la arquitectura colonial camagüeyana.

Palabras clave: Flora urbana: plantas ornamentales; jardines patrimoniales; sala viva; restauración.


ABSTRACT

The results of the floristic-physiognomic study of a space of 2,620 m2, located in a building from the colonial era that holds, since 2016, the status of National Monument is shown. The current flora was studied in situ and sources referring to previous stages were reviewed. The samples were identified by comparison with scientific collections and the use of descriptions and keys. The origin, distribution, presence in Cuba, conservation status and behavior before the anthropic impact of each taxon, were taken from the specialized literature. The similarity with three relevant areas of gardening in the city was calculated. 152 species are registered, most of them exotic and that in the country are only found in cultivation for their recognized ornamental utility, or that, even naturalized, remain associated with human activity. Despite the recent reduction in the number of plants, including trees, elements of the lawn and relevant individuals due to their visual impact, it continues to be a welcoming, aesthetically relevant natural space, with significant cultural potential and notable environmental impact, by it is located in an area densely urbanized. Ensuring substrates, irrigation, recycling of organic matter, as well as the promotion of germinators and own nurseries to stimulate the replacement of specimens, are identified as basic conditions to recover the splendor that the flora and vegetation had in past times. As a live room of the museum, it is recommended to present it as a representative sample of the city's gardening and as an incarnation of the patio that characterizes Camagüey's colonial architecture.

Keywords: Urban flora; ornamental plants; patrimonial gardens; alive rooms; restauration.


INTRODUCCIÓN

La flora representada en los jardines urbanos es investigada frecuentemente desde el punto de vista taxonómico, estético - visual, funcional, sociocultural y ecológico (Surat y Yaman, 2017). Dentro de esa tendencia, se les presta especial interés a los jardines históricos (Sánchez; García, 2012); (Gullino et al., 2020).

El Museo Provincial "Ignacio Agramonte Loynaz" está ubicado en un inmueble de la época colonial que, por su significación simbólica dentro de la arquitectura camagüeyana, ostenta desde 2016 la condición de Monumento Nacional. Uno de sus principales atributos está constituido por un amplio patio, el que, dada su significación estética y ambiental, no solo cumple un importante roll en el esparcimiento de los visitantes, sino que también está considerado como una sala expositiva de la propia institución (Oficina De Monumentos Y Sitios Históricos, Consejo Provincial De Patrimonio Cultural Camagüey, 2014).

En interés de perfeccionar los servicios que presta la institución y de restaurar todo el inmueble (incluido su jardín), la Dirección del Museo Provincial "Ignacio Agramonte Loynaz" y la Dirección Provincial de Patrimonio en Camagüey solicitó al Centro de Estudios de Gestión Ambiental de la Universidad "Ignacio Agramonte" y al Departamento de Proyectos de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, una caracterización florístico fisionómica del patio. Han pedido que la misma se haga con un enfoque sincrónico y, a la vez, diacrónico, de manera que no sólo se valore su estado actual y se aporte un sustento científico para seleccionar los principales mensajes a trasmitir al público que visita la sala viva, sino que también sea posible recomendar medidas tendientes a enriquecer el paisaje e incrementar el número de especies representadas, sin romper con tendencias históricas que le aportan valor patrimonial al inmueble.

MATERIAL Y MÉTODOS

El patio del Museo Provincial "Ignacio Agramonte y Loynaz", que ocupa un área de 2 620 m2, tiene su centro en las coordenadas 21.39048, -77.916216. Está ubicado en la Avenida de los Mártires, entre Ignacio Sánchez y Rotario, reparto La Vigía, Camagüey (Figura 1). Se encuentra asentado sobre un complejo geológico de tipo granodiorítico (con predominio de rocas ígneas, granitoides, ricas en cuarzo y feldespatos), del cual derivan, por lo general, suelos fersialíticos rojos parduzcos ferromagnesiales. La vegetación original en esa localidad se estima que estuvo constituida por bosques semideciduos (MÉNDEZ et al., 2017).

Se utilizaron métodos del nivel empírico y teórico. Como parte de los primeros se estudió in situ el estado actual de la flora y se revisaron fuentes que aportan datos sobre épocas anteriores (fotografías, listados, planos, etc.). Para el inventario de las especies representadas se realizaron recorridos por los senderos y se observó con detenimiento cada planta, a la vez que se tomaron fotos de los taxones que se fueron diferenciando. La identificación se hizo preliminarmente de visu y, cuando fue necesario, se herborizaron muestras, para lograr una determinación taxonómica definitiva por comparación con los fondos del Herbario "Julián Acuña Galé" (HIPC) de la Universidad de Camagüey, el uso de descripciones y claves disponibles en catálogos especializados, así como consultas a expertos. Para la taxonomía y nomenclatura se siguió el criterio de Greuter y Rankin (2017).

Los datos relacionados con el origen y distribución de las especies se tomaron de Acevedo y Strong (2012). La presencia en Cuba y el comportamiento de las mismas ante el impacto antrópico se evaluó en base al criterio de Ricardo et al. (1995). El estado de conservación se tomó de González-Torres et al. (2016) y el comportamiento invasor de Oviedo y González (2015). La información referida a la utilidad económica fue complementada por las obras de Roig (1965) y Liogier (1974).

Las fotos en formato digital de cada uno de los taxones, con su debida identificación, fueron reunidas en una carpeta y los datos que se compendiaron sobre ellas, fueron reflejados en una tabla en Excel.

Para valorar en qué medida la flora del patio del Museo es representativa de la existente en otros espacios de la ciudad de Camagüey dedicados a la jardinería y al fomento de las áreas verdes, se calculó el índice de similitud de Jaccard con tres áreas anteriormente estudiadas por: Castellanos (1991); González (1999); Méndez et al. (2018). El procesamiento de los datos se hizo con Microsoft Excel 2019. La fórmula fue tomada de Jiménez et al. (2017): Ij=c/(a+b-c); donde: a = número de especies presentes en el sitio A; b = número de especies presentes en el sitio B y c = número de especies presentes en ambos sitios A y B.

RESULTADOS

Se encuentran actualmente representadas en el patio 152 taxones infragenéricos, pertenecientes (desde el punto de vista sistemático) a 144 géneros y 69 familias de plantas (Anexo 1).

Aproximadamente la tercera parte de esos taxones (107) permanecen en condición de cultivo o derivan de individuos que fueron originalmente plantados allí, mientras que 42 crecen en el lugar sin que medie una acción antrópica intencionada (Figura 2). Estos últimos debieron llegar, en parte, utilizando sus propios métodos de dispersión (transportadas por animales o por el viento) y, el resto, de manera casual, al ser trasladadas sus diásporas mezcladas con los sustratos que se llevaron para fomentar la propia jardinería (incluidos los parches que sirvieron para desarrollar el césped) o por el vertimiento de desperdicios dentro del área por parte de empleados y visitantes, entre otros factores.

Un total de 97 taxones representados en el patio no forman parte de la flora autóctona cubana, sino que han sido introducidos por el hombre (intencionalmente o no) (Figura 3). Dentro de estos últimos, la mayor parte (49) son plantas que sólo se encuentran en Cuba en condiciones de cultivo, mientras que 48 han logrado naturalizarse y expandirse ampliamente por sus propios medios dentro del país, bien sea al ocupar solamente espacios ruderales (terrenos yermos, alrededores de las edificaciones, caminos, carreteras, ruinas y/o campos cultivados) o penetrar en comunidades seminaturales, incluso, en espacios escasamente antropizados.

Sólo 53 taxones infragenéricos presentes hoy allí son representantes de la flora indígena cubana (Figura 3). Entre estos últimos, 50 no habitan exclusivamente en Cuba, sino que incluyen en su distribución natural, otros países, principalmente de las Antillas, Centro y Sur América. Sólo 3 constituyen endemismos: 1) Hildegardia cubensis (Urb.) Kosterm (Sterculiaceae), conocida como »guana¼, que vive en las colinas cársicas existentes entre las sierras de Najasa - Chorillo (Camagüey) y las alturas de Maniabón (Holguín). 2) Coccothrinax miraguama (Kunth) Becc. subsp. miraguama (Araceae), »miraguana¼, que crece en sabanas, entre Matanzas y Santiago de Cuba. 3) Hymenocallis praticola Britton y P. Wílson (Amarillidaceae), »lirio¼, que es propio del occidente y centro del país. Solo la primera de ellas se encuentra amenazada de extinción con la categoría En Peligro (EN) (González et al., 2016).

Un total de 134 de esos taxones aparecen frecuentemente asociadas a los asentamientos humanos del país o, de alguna forma, se mantienen en relación con la actividad humana (Figura 4). Entre estos últimos, además de 49 que solo se encuentran en condiciones de cultivo dentro del territorio nacional, los 85 restantes, aunque silvestres, se presentan siempre relacionados y/o en interferencia con el accionar del hombre (por lo que clasifican como sinantrópicos), bien sean nativos (36) o exóticos naturalizados (48).

Entre los taxones no indígenas, establecidas por sus propios medios en Cuba, 26 han adquirido la condición de invasores o se muestran con potencialidad para ello (Oviedo; González, 2015). Se trata de elementos que, por su abundante descendencia fértil y elevada capacidad de dispersión, llegan a colonizar áreas relativamente extensas y a producir cambios en la composición, la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas. Resaltan 4 que se encuentran entre los más nocivos identificados en el territorio nacional y que generan mayor preocupación: 1) Dichrostachys cinerea (L.) Wight y Arn. (Fabaceae), conocido como marabú. 2) Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit (Fabaceae), »ipil ipil¼. 3) Sansevieria hyacinthoides (L.) Druce (Asparragaceae), »lengua de vaca¼. 2) Terminalia catappa L. (Combretaceae), »almendra¼. También se encuentran 37 (24 %) que, a pesar de ser indígenas, han encontrado condiciones propicias con el impacto antrópico para expandir su hábitat tradicional (consideradas nativas expansivas).

A 121 de esos taxones se le reconoce algún tipo de utilidad económica. Como es lógico, tratándose de un jardín, la mayor parte de ellos (86, que representan el 57 %) tienen amplio uso ornamental en el país; pero también, otros 23 (15 %) tienen propiedades medicinales reconocidas; un número equivalente poseen valor para la actividad apícola, bien sea por aportar néctar (19, para un 20 %) o polen (9, o sea, el 6 %) a la colmena y 15 (10 %) aportan alimento humano y animal. También se identifican, aunque en menor medida, otros con utilidad para la artesanía, productores de fibras, que se usan como condimentos y que se incorporan prácticas folklóricas dentro del país.

Predominan los taxones de hábito de crecimiento herbáceo, seguidas de los árboles, arbustos, epífitas y lianas (Figura 5). Estos datos, si bien identifican una diversidad paisajística potencial, no constituyen un reflejo fidedigno del aspecto actual de la formación, pues muchos de esos elementos no tienen un marcado impacto en la estética del lugar. Entre estos últimos se encuentran aquellos que crecen mezclados en el césped, otros que están representados por pocos individuos (a veces uno solo), así como algunas lianas que con frecuencia son podadas radicalmente y no se les permite extenderse sobre superficie alguna y adquirir, por tanto, relevancia visual.

El estrato arbóreo no cierra actualmente todo el dosel, pues algunos individuos de gran porte han muerto en tiempo relativamente reciente y no han sido reemplazados con prontitud. Sin embargo, las medidas de manejo implementadas no han permitido tampoco una proliferación de arbustos y hierbas en la medida que pudiera esperarse del beneficio potencial que generó una mayor entrada de luz en esos lugares.

El estrato herbáceo, donde se aprecia un predominio evidente de especies de gramíneas (con independencia de que, mezcladas con ellas, crezcan otras visualmente menos conspicuas), ha estado sometido tradicionalmente a una poda frecuente para configurar un césped, pero el control antrópico ejercido no ha podido evitar la proliferación de espacios libres (claros), que afectan la estética. La sinusia de epífita, por su parte, es pobre tanto en especies como en individuos, por lo que tiene una limitada influencia en la configuración del paisaje.

DISCUSIÓN

Dos aspectos generales deben ser discutidos, de acuerdo con los intereses originalmente expresados por la Dirección Provincial de Patrimonio en Camagüey y del propio Museo Provincial "Ignacio Agramonte Loynaz", al solicitar el servicio. El primero de ellos, relacionado con la posibilidad de recuperar el esplendor que tuvo el patio en épocas pasadas. El segundo, relativo al uso que este debe tener como sala viva de la propia institución.

Seguramente una buena parte de las condiciones originales de la localidad (especialmente la vegetación) mostraban ya avanzado grado de alteración cuando, en 1845, se iniciaron las obras del Cuartel de Caballería, sede del Escuadrón de Lanceros de la Rey, primer uso que tuvo el inmueble, concluido en 1848. Ninguno de los elementos de la formación vegetal original persiste en el área objeto de investigación.

Durante la segunda mitad del siglo XIX el espacio que hoy ocupa el patio estuvo dedicado a la logística del cuartel, especialmente al sustento de la caballería, como lo indica el abrevadero que aún persiste, próximo al pozo. El uso del espacio durante esos años, dio continuidad a la alteración de las condiciones originales del lugar, en particular, del suelo.

La transformación del entorno circundante avanzó considerablemente durante la etapa republicana (1900-1959), período en el que se completó la urbanización del Reparto La Vigía. El cambio de uso del inmueble se produjo con posterioridad a 1902, cuando fue arrendado a The Cuba Railroad Company, la cual instaló en allí el Hotel Camagüey. Las obras de adaptación a las nuevas funciones, realizadas entre 1903 y 1905, incluyeron el fomento de la jardinería en diferentes espacios del edificio. El propio ingeniero Sir William Cornelius Van Horne (1843-1915) (primera figura de la citada empresa, a la cual se le había contratado la construcción de la vía férrea que enlazó a Santa Clara con Santiago de Cuba), fue quien dirigió la plantación en el patio de diferentes especies de plantas tropicales.

Entre esas labores de readaptación se incluyeron, como es lógico, el acopio de suelo fértil y la colocación de parches de pasto para fomentar el césped. Mezcladas con esos elementos debieron venir plantas completas o propágulos de muchas de las especies que hoy crecen en el lugar cuya presencia allí no puede atribuirse a su persistencia a partir de la vegetación original, ni tampoco a que fueran llevadas allí intencionalmente por el hombre.

A juzgar por las fotos valoradas durante el proceso investigativo, el período que media entre finales de la primera década del Siglo XIX y 1950, fue el más floreciente para la jardinería del patio. Una vez que crecieron las primeras especies plantadas, se fue logrando un ambiente realmente placentero, caracterizado por la exuberancia y el colorido (Figura 6). Ese estado no parece haberse visto afectado al declinar, de 1942 en adelante, las ganancias que generó el hotel, ni tampoco cuando, en 1944, el inmueble fue entregado definitivamente al Patronato del Museo "Ignacio Agramonte Loynaz" y se concretó un nuevo cambio de uso para el espacio. La nueva institución fue establecida en la parte anterior, incluido el patio, mientras que la sección posterior pasó a utilizarse como escuela y hoy acoge a la sede de la Academia de las Artes "Vicentina de la Torre".

Ha sido durante la etapa en que el patio se ha usado como espacio verde del Museo (1955 al presente), que la exuberancia y colorido de su vegetación han ido, en alguna medida, mermando paulatinamente. En ello han influido, entre otros factores, las limitaciones que se han presentado para el riego frecuente y oportuno, la reducción paulatina de la fertilidad del suelo (al no propiciarse la degradación in situ de la materia orgánica que se genera en ese propio espacio) y la muerte, por causas naturales, de algunas de plantas más representativas (árboles, enredaderas, etc.), las cuales, como ya se dijo, no siempre han sido reemplazadas con la celeridad necesaria.

Se nota la ausencia de algunas especies que, en otro tiempo, fueron abundantes en el lugar, según se pudo apreciar en las imágenes analizadas. Es el caso de: Acalypha wilkesiana Müll. Arg. (Euphorbiaceae), "acalifa"; Alocasia macrorrhizos (L.) G. Don (Araceae), "malanga de jardín"; Combretum indicum (L.) DeFilipps (Combretaceae), "piscuala"; Congea tomentosa Roxb. (Lamiaceae) "congea"; Erythrina variegata L. (Fabaceae), "piñón de patio"; Bambusa vulgaris Schrad. ex J. C. Wendl. (Poaceae), "caña brava", Cycas revoluta Thunb. (Cycadaceae), "cicas" y Petrea volubilis L. (Verbenaceae), "petra", entre otras.

Pudieron identificarse determinadas particularidades paisajísticas prevalecientes en etapas anteriores que actualmente se encuentran significativamente alteradas o faltan por completo. Por ejemplo, existió una mayor concentración de individuos estéticamente significativos por unidad de área, con acentuada utilización de plantas de follaje colorido, enredaderas y arbustos. El césped alcanzó una cobertura más amplia, fue más diverso en especies y tenía fijada la altura de poda que superaba la del pavimento de los senderos. Se usaron macetas colocadas sobre pedestales, factibles a ser trasladadas para reforzar la apariencia de determinados sitios que lo necesitaron en momentos concretos. Además de recuperar algunos de esos elementos, en la medida que lo permitan las condiciones materiales, convendría diversificar espacios para la siembra, como es el caso de canteros y rocallas, así como recipientes variados que puedan colocarse en áreas pavimentadas o colgarse de los árboles y las arcadas existente en los corredores interiores limítrofes.

Para el logro de tales objetivos será necesario crear determinadas condiciones, entre las cuales, la principal radica en asegurar una infraestructura que garantice el riego frecuente y efectivo en todos los espacios. Garantizar que se utilice el agua del propio pozo del lugar, evitaría depender del suministro que llega por la red pública, que tanto necesita la población, mientras que, por otra parte, evadiría la posibilidad de que el tratamiento de potabilización pueda, en determinado momento, resultar potencialmente nocivo para alguna de las plantas. También será conveniente acarrear un determinado volumen de diferentes tipos de sustrato (suelo fértil, arena de río, estiércol), que puedan ser mezclados para siembras especializadas, así como crear condiciones para el reciclaje de la materia orgánica que se genera in situ y la producción de humus con recursos propios (todo lo cual podría utilizarse también con fines educativos).

Es importante que la gestión de la jardinería se oriente a un manejo contextualizado de las diferentes especies representadas, de manera que se permita su pleno crecimiento y se creen condiciones para explotar todo su potencial estético. Será necesario crear estructuras (al menos rusticas) para el soporte de las enredaderas, ralear determinados individuos arbóreos de la misma especie que han crecido espontáneamente juntos, así como facilitar el fomento de otros donde resulte necesario. Es recomendable recuperar taxones de comprobada presencia en épocas anteriores e introducir otros de significativa relevancia patrimonial y ornamental, como es el caso de la flor nacional (Hedychium coronarium J. Koenig, »mariposa¼, perteneciente a la familia Zyngiberaceae).

La creación de un vivero permitirá el remplazo oportuno de las plantas que se vean afectadas por determinadas circunstancias. Pudiera también recuperarse y fortalecerse el espacio destinado a las plantas medicinales.

Desde la entrega, en 1944, del inmueble que ocupó el antiguo Cuartel de Caballería, el Patronato del Museo que se gestaba, prestó especial interés al patio, dado el prestigio que había alcanzado la colección de plantas fomentada allí desde principios de siglo (Fernández, 1999). Sin embargo, no fue hasta la década de 1990 que el patio fue considerado oficialmente como una sala viva del Museo "Ignacio Agramonte Loynaz" (Oficina De Monumentos Y Sitios Históricos, Consejo Provincial De Patrimonio Cultural De Camagüey, 2014).

Si bien tal decisión no constituye una novedad en el contexto de la museística internacional (Sunderland, 2016); (AÇICI, 2019), permite, en este caso, diversificar significativamente los servicios que presta una institución concebida, desde sus inicios, con alcance multivalente. Acerca también el perfil del Museo camagüeyano, en alguna medida, al de los jardines botánicos y las áreas protegidas, en cuyo universo teórico será necesario profundizar para concebir un catálogo expositivo que optimice la integral explotación de sus potencialidades.

En párrafos anteriores se demostró que la colección allí reunida tiene escaso valor como muestrario de la fitodiversidad autóctona cubana y mucho menos de la endémica. Tampoco tiene gran interés para la conservación y ni siquiera resalta por constituir un amplio y representativo muestrario de las plantas económicas más importantes del país. Sin embargo, tampoco es que sean totalmente nulos sus atributos en cada uno de los rubros anteriormente referidos, por lo que, estratégicamente, lo más conveniente será incorporar a una caracterización integradora que reflejen lo que al respecto resulte significativo en cada caso. A pesar de ello, será necesario, también, seleccionar algún aspecto relevante que permita proyectar la imagen pública de la entidad. La investigación realizada permitió seleccionar dos, orientadas a presentar la sala viva como: 1) Muestra de la jardinería tradicional de la ciudad de Camagüey. 2) Representación del patio que caracteriza la arquitectura colonial camagüeyana.

Para argumentar la posibilidad de presentar al público el patio del Museo como una muestra de la jardinería de Camagüey, en la Tabla 1 se expone un análisis cuantitativo de su similitud con tres áreas que forman parte de los espacios verdes de la ciudad, cuya flora había sido estudiada con anterioridad. Cómo se aprecia, la semejanza oscila entre el 14 y el 22 %, índices que pueden considerarse relativamente altos, si se tiene en cuenta que lo que se utiliza como sala viva es precisamente el más pequeño de los sitios comparados, y que, pese a ello, exhibe la proporción más elevada de especies por unidad de área.

Tabla 1. Análisis de la similitud de la flora del Patio del Museo "Ignacio Agramonte Loynaz" con la de otros espacios verdes de la ciudad de Camagüey.

Table 1. Analysis of the similarity of the flora of the Patio of the "Ignacio Agramonte Loynaz" Museum with that of other green spaces in the city of Camagüey.

Área

Total sp.

Densidad de sp /m2

Especies comunes con el PM

Índ. Jaccard

Patio Museo

152

0,6 sp/m2

-

-

Ciudad en gen. (Castellano, 1991).

529

0,006 sp/m2

85

0.14261745

Áreas verdes (González, 1999).

144

0,0001 sp/m2

46

0.184

Casino Campestre (Méndez, et al., 2018).

198

0,001 sp/m2

62

0.215277778

La adecuada identificación de los taxones y una señalética suficientemente contextualizada, resultarán claves para ofrecer a los visitantes información relacionada con el perfil general de lo que se expone, así como la taxonomía, nomenclatura, origen, presencia y comportamiento en Cuba, hábitos de vida e importancia utilitaria de cada una las especies o de aquellas que sean seleccionadas por su relevancia. Para elegir las que merecen una distinción especial, pudieran utilizarse criterios referidos a: distribución restringida (endemismos), problemas relacionados con la conservación (amenaza de extinción), comportamiento invasor, utilidad notable o la singularidad de sus vínculos con la cultura local, aspectos sobre los cuales se brindó abundante información a las autoridades de la institución, como parte de la investigación realizada. El personal responsabilizado con el guiado de los visitantes deberá recibir preparación especializada para realizar con eficiencia su labor.

Que el patio del museo sea representativo de aquel que caracteriza a la arquitectura colonial camagüeyana es algo más difícil de argumentar, ante todo porque no se ha realizado hasta ahora una caracterización precisa de este último. Es esta una distinción que no obedece a las particularidades de la flora y vegetación existentes en dichos espacios, sino a consideraciones de tipo arquitectónico (Gómez, 2016); (Ramos, 2016); (Prieto, 2019); (Falls; Chaos, 2021), tanto por sus atributos estéticos como funcionales (estructuración de la planimetría del inmueble; regulación de la temperatura, la iluminación y la ventilación; tributo al esparcimiento y bienestar espiritual de los habitantes, etc.).

Heredero de las tradiciones constructivas del sur de España, en especial de Andalucía, región fuertemente influida por la cultura Islámica (Miño, 2006), el patio claustral está presente en la arquitectura colonial de toda Cuba. Por su posicionamiento (al fondo, los laterales y, a veces también, en la parte central de las edificaciones) y delimitación (mediante paredes, tapias, galerías y/o setos vivos), se diferencia de los jardines que, por lo general, rodean los edificios y establecen una transición entre éstos y el espacio público exterior.

La presencia de varios tinajones en sustitución del aljibe y de los aditamentos necesarios para la recolección del agua de lluvias, tipifican la condición camagüeyana del patio del Museo Provincial "Ignacio Agramonte Loynaz" y lo distinguen de otros similares que puedan existir en el ámbito nacional e internacional. La presencia de un pozo de brocal ancho y carente de rasgos decorativos, consolidan dicha distinción.

Este tipo de espacio verde se ha visto seriamente afectado durante los últimos años, producto de la fragmentación (al dividirse las propiedades originales), cambio de uso de los inmuebles, proliferación de nuevas construcciones, ampliación de viviendas, así como el destino de algunas áreas a funciones productivas y/o comerciales, entre otros múltiples factores. En este contexto, tanto por su extensión, como por su adecuado estado de conservación, el que se muestra como sala viva en el Museo Provincial "Ignacio Agramonte Loynaz" clasifica como el patio más relevante de cuantos perduran en la antigua villa de Santa María del Puerto del Príncipe.

Presentarlo como muestra representativa del patio camagüeyano, permitirá resaltar su valor simbólico. Sin embargo, al mostrarlo en su historicidad, no podrá olvidarse hacer alusión a que los atributos patrimoniales del área verde no coinciden cronológicamente con los del inmueble. Por una parte, será necesario distinguir los elementos que perduran del momento en que el espacio estuvo al servicio del Cuartel de Caballería (el pozo y el abrevadero, por ejemplo). Por otra, deberá aclararse que, si bien el edificio por su antigüedad y características constructivas, clasifica sin dudas como parte de la arquitectura colonial, esa jardinería alusiva a la raíz española, se fomentó allí durante la época republicana y asimiló algunos atributos precedentes.

CONCLUSIONES

La flora del patio del Museo Provincial "Ignacio Agramonte Loynaz" está compuesta actualmente por 152 especies, entre las cuales predominan aquellas que, por su procedencia, clasifican como exóticas, las que en el país sólo es posible encontrarlas en condiciones de cultivo o que se mantienen relacionadas y/o interfiriendo en las actividades del hombre y de las que, por su utilidad, se distinguen por su importancia ornamental.

Es evidente que el jardín no se encuentra actualmente en su mejor momento de su historia, no obstante, a lo cual, sigue siendo en un espacio natural muy acogedor, de altos valores estéticos, y significativo potencial para la educación, ubicado en el centro de una zona altamente urbanizada de la ciudad. Tributa de manera relevante al valor patrimonial del inmueble en general.

A los efectos de su utilización como sala viva del museo, puede ser presentado como muestra representativa de la jardinería de la ciudad y como encarnación del patio que caracteriza la arquitectura colonial camagüeyana. Una adecuada señalética y la formación del personal que atenderá al público, se identifican como elementos básicos para asegurar el éxito del de los servicios que se presten.

Para recuperar el esplendor que tuvo la flora y vegetación del patio en épocas pasadas, será necesario, asegurar el suministro de posturas para aumentar el número de planta que crecen en el área, especialmente árboles, integrantes del césped y elementos estéticamente significativos; diversificar los espacios y los substratos necesarios para la siembra, garantizar el riego e introducir técnicas agroecológicas que permitan el reciclaje de los nutrientes, entre otros aspectos.

ÉTICA Y CONFLICTO DE INTERESES

Las personas autores del artículo, declaran que han cumplido totalmente con todos los requisitos éticos y legales pertinentes, tanto durante el estudio como en la producción del manuscrito; que no hay conflictos de intereses de ningún tipo; que todas las fuentes financieras que se mencionan completa y claramente en la sección de agradecimientos; y que están totalmente de acuerdo con la versión final editada del artículo.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen a la Dirección provincial de Patrimonio en Camagüey y del Museo Provincial "Ignacio Agramonte Loynaz" por el interés y las facilidades creadas para la realización de la investigación. A Wilfredo Rodríguez por sus valiosas opiniones con relación al patio camagüeyano. A Roeris González Sivilla sus orientaciones para calcular el índice de similitud de Jaccard. A Jorge Ferro Díaz por su valoración del manuscrito original.

REFERENCIAS

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Castellanos, L. (1991). Contribución al estudio de la flora de la ciudad de Camagüey; potencialidades y usos. Tesis en opción al título de Licenciado en Educación Biología, Instituto Superior Pedagógico José Martí, Camagüey.

Falls, D. y Chaos, M (2021). El habitar en el centro histórico de Camagüey, Cuba: cambios espaciales y en la envolvente. PatryTer Revista Latinoamericana e Caribenha de Geografia e Humanidades, 4(8), 19-37. https://doi.org/10.26512/patryter.v4i8.29252.

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Fecha de recepción: 15 de enero de 2023
Fecha de aceptación: 28 de julio de 2023

Isidro E. Méndez Santos. Centro de Estudios de Gestión Ambiental, Universidad de Camagüey "Ignacio Agramonte Loynaz", Camagüey. Correo electrónico: iemendezs58@gmail.com


Anexo 1. Relación taxonómica de las plantas representadas en el patio del Museo "Ignacio Agramonte Loynaz".

Familia

Especie

Nombre común

Acanthaceae

Graptophyllum pictum (L.) Griff.

Guacamayo

Ruellia nudiflora (Engelm. y A. Gray) Urb.

Triquitraque

Ruellia simplex C. Wright

Dinamita

Amaryllidaceae

Eucharis fosteri Traub.

Lirio Amazonas

Hymenocallis praticola Britton y P. Wílson

Lirio

Zephyranthes citrina Baker

Brujita

Zephyranthes puertoricensis Traub

Brujita

Zephyranthes rosea Lindl.

Brujita

Anacadiaceae

Mangifera indica L.

Mango

Annonaceae

Cananga odorata (Lam.) Hook. F. yThoms

Ilang Ilang

Antirrhinaceae

Russelia equisetiformis Schltdl. y Cham.

Lágrima de Cupido

Apocynaceae

Catharanthus roseus (L.) G. Don

Vicaria

Plumeria pudica Jacq.

Velo de novia

Plumeria rubra L.

Flor de mayo

Tabernaemontana divaricata (L.) R. Br. ex Roem. y Schult.

Areca

Araceae

Aglaonema commutatum Schott

Malanguita

Alocasia cucullata (Lour.) G. Don in R. Sweet

Mlanga de jardín

Anthurium cubense Engl.

Moco de guanajo

Caladium bicolor (Aiton) Vent.

Caladium

Dieffenbachia seguine (Jacq.) Schott

Dicha

Epipremnum aureum (Linden y André) G. S. Bunting

Malanga de enredadera

Philodendron lacerum (Jacq.) Schott

Macusey macho

Philodendrum xanadu Croat, J. Boss y Mayo

Malanga

Syngonium podophyllum Schott

Malanga trepadora

Araliaceae

Polyscias paniculata (DC.) Baker

Aralia

Schefflera actinophylla (Endl.) Arms.

Cheflera

Arecaceae

Adonidia merrillii (Becc.) Becc.

Palma

Caryota urens L.

Cariota

Coccothrinax miraguama (Kunth) Becc. subsp. miraguama

Yuraguana

Cocos nucifera L.

Coco

Dypsis lutescens (H. Wendl.) Berentje y J. Dransf.

Areca

Licuala grandis H. Wendl.

Palma de abanico

Livistona chinensis (Jacq.) R.Br. ex Mart.

Palma

Phoenix reclinata Jacq.

Datil

Rhapis excelsa (Thunb.) Henry

Palma de abanico

Roystonea regia (Kunth) O. F. Cook

Palma real

Asparagaceae

Agave americana L.

Maguey

Chlorophytum comosum (Tumb.) Jacques

Cinta

Dracaena hawaiiensis Fosberg

Drago rojo

Dracaena marginata Baker

Drácena

j

Furcraea hexapetala (Jacq.) Urb.

Maguey

Sansevieria hyacinthoides (L.) Druce

Lengua de vaca

Sansevieria trifasciata Prain

Lengua de vaca

Asteraceae

Bidens pilosa L.

Romerillo

Critonia aromatisans (DC.) R. M. King y H. Rob.

Trebol de olor

Cyanthillium cinereum (L.) H. Rob.

Machadita

Emilia sonchifolia (L.) DC.

Clavel Chino

Gerbera jamesonii Adlam

Margarita del Transval

Pluchea carolinensis (Jacq.) G. Don in R. Sweet

Salvia

Tagetes erecta L.

Chambergo

Tridax procumbens L.

Manzanilla cimarrona

Begoniaceae

Begonia floccifera Bedd.

Begonia

Begonia serratipetala Irmsch

Begonia

Bignoniaceae

Crescentia cujete L.

Guira

Mansoa alliacea (Lam.) A.H. Gentry

Flor de ajo

Tabebuia pentaphylla (L.) Hemsl.

Roble

Bombacaceae

Adansonia digitata L.

Baobab

Pseudobombax ellipticum (Kunth) Dugand

Carolina

Boraginaceae

Cordia sebestena L.

Vomitel

Brassicaceae

Lepidium virginicum L.

Matuerzo

Bromeliaceae

Tillandsia recurvata (L.) L.

Curijey

Cacctaceae

Hylocereus undatus (Haw.) Britton y Rose

Flor de cáliz

Rhipsalis baccifera (Sol. ex J. S. Muell.) Stearn

Disciplinilla

Cannaceae

Canna coccinea Mill.

Platanillo de Cuba

Cecropiaceae

Cecropia peltata L.

Yagruma

Cochlopermaceae

Cochlospermum vitifolium (Willd.) Spreng.

Botija

Combretaceae

Terminalia buceras (L.) C. Wright

Jucaro

Terminalia catappa L.

Almendra

Commelinaceae

Callisia fragrans (Lindl.) Woodson

Mala madre

Tradescanthia cerithoides Kunth

Cucaracha

Convolvulaceae

Evolvulus nummularius (L.) L.

Aguinaldo rastrero

Crasulaceae

Kalanchoe daigremontiana Raym.-Hamet y H. Pierrer

Siempre viva

Cyperaceae

Cyperus rotundus L.

Corojillo

Erythroxylaceae

Erythroxylum havanense Jacq.

Gibá

Euphorbiaceae

Chamaesyce hirta (L.) Millsp.

Golondrina

Chamaesyce prostrata (Aiton) Small

Hierba de la niña

Codiaeum variegatum (L.) Rumph. ex A. Juss.

Croton

Euphorbia milii Des Moul.

Corona de Cristo

Euphorbia tithymaloides L.

Itamo real

Jatropha multifida L.

Ipecacuna

Fabaceae

Alysicarpus vaginalis (L.) DC.

Maní cimarrón

Bauhinia picta DC.

Pata de vaca

Cajanus cajan (L.) Huth

Gandul

Centrosema virginianum (L.) Benth.

América

Desmodium canum (J. F. Gmel.) Schinz y Thell.

Empanadilla

Dichrostachys cinerea (L.) Wight y Arn.

Marabú

Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit

Ipil ipil

Neptunia plena (L.) Benth.

Todo el mundo

Teramnus uncinatus (L.) Sw.

Cresta de gallo

Heliconiaceae

Heliconia caribaea Lam.

Plátano cimarrón

Lamiaceae

Plectranthus amboinicus (Lour.) Spreng.

Orégano

Plectranthus neochilus Schltr.

Meprobamato

Vitex negundo L.

Negundo

Lythraceae

Cuphea hyssopifolia Kunth

Cufia

Lagerstroemia indica L.

Júpiter

Malvaceae

Sida rhombifolia L.

Malva de cochino

Talipariti elatum (Sw.) Fryxell

Majagua

Meliaceae

Swietenia mahagoni (L.) Jacq.

Caoba

Trichilia havanensis Jacq.

Siguaraya

Moraceae

Artocarpus altilis (Parkinson) Fosberg

Árbol del pan

Ficus elastica Roxb.

Hule

Musaceae

Musa paradisiaca L.  (Musa AAB, triploide estéril)

Plátano

Myrtaceae

Psidium guajava L.

Guayaba

Nephrolepidaceae

Nephrolepis exaltata (L.) Schott

Helecho

Nephrolepis falcata (L.) Schot c.v. furcans

Helecho de orquillas

Nyctaginaceae

Boerhavia coccinea Millsp.

Tostón

Bougainvillea glabra Choisy

Buganvill

Orchidaceae

Cyrtopodium punctatum (L.) Lindl.

Cañuela

Myrmecophila thomsoniana (Rchb. f.) Rolfe

Orquidea

Oeceoclades maculata (Lindl.) Lindl.

Lengua de vaca

Trichocentrum undulatum (Sw.) Ackerman y M. W. Chase

Guataca de burro

Oxalidaceae

Averrhoa bilimbi L.

Pepinillo

Oxalis corniculata L.

Trebolillo

Pandanaceae

Pandanus dubius Spreng.

Pandano

Pandanus tectorius Parkinson

Pandano

Petiveriaceae

Petiveria alliacea L.

Anamú

Phyllanthaceae

Phyllanthus tenuicaulis Müll. Arg.

Chancapiedra

Phytolacaceae

Rivina humilis L.

Coralitos

Piperaceae

Piper aduncum L.

Platanillo de Cuba

Poaceae

Chloris barbata Sw.

Barba de Indio

Cymbopogon citratus (Nees) Stapf

Yerba de limón

Dichanthium annulatum (Forssk.) Stapf

Pajón

Paspalum notatum Flüggé

Yerba tejana

Sporobolus tenuissimus (Schrank) Kuntze

Espartillo

Saccharum officinarum L.

Caña de azúcar

Zoysia matrella (L.) Merr.

Yerba fina

Polygonaceae

Antigonon leptopus Hook. y Arn.

Coralillo

Triplaris americana L.

Palo hormiguero

Polypodiaceae

Campyloneurum phyllitidis (L.) C. Presl

Helecho

Phlebodium aureum (L.) J. Sm.

Claguala

Pleopeltis polypodioides (L.) E. G. Andrews y Windham

Doradilla

Polypodium polycarpum Cav. ex Sw.

Helecho

Portulcaceae

Portulaca pilosa L.

Verdolaga

Pottiaceae

Barbula indica (Hooker) Sprengel in E. G. Steudel

Musgo

Pteridaceae

Pteris vittata L.

Helecho

Rosaceae

Rosa chinensis Jacq.

Rosa

Rubiaceae

Ixora coccinea L.

Ixora

Morinda citrifolia L.

Noni

Pentas lanceolata (Forssk.) Deflers

Pentas

Spermacoce laevis Lam.

Garro

Rutaceae

Citrus ×aurantiifolia (Christm.) Swingle

Limón

Sapindaceae

Melicoccus bijugatus Jacq.

Anoncillo

Sapotaceae

Pouteria campechiana (Kunth) Baehni

Canistel

Solanaceae

Cestrum diurnum L.

Glán de día

Solanum erianthum D. Don

Tabaco cimarrón

Sterculiaceae

Hildegardia cubensis (Urb.) Kosterm.

Guana

Strelitziaceae

Ravenala madagascariensis J.F. Gmel.

Árbol del viajero

Turneraceae

Turnera subulata Sm.

Marilope de jardín

Urticaceae

Pilea microphylla (L.) Liebm.

Corazón de hombre

Verbenaceae

Lippia alba (Mill.) N.E. Br. ex Britton y P. Wilson

Quitadolor

Priva lappulacea (L.) Pers.

Amor seco

Zyngiberaceae

Alpinia zerumbet (Pers.) B. L. Burtt y R. M. Sm.

Colonia

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